La imagen “Warner Bros Pictures” asoma por última vez en la gran pantalla coreada por el inconfundible Hedwig’s Theme. La última de la saga no se dilata en introducciones. Consecutivo al film estrenado el pasado 19 noviembre de 2010, el cierre de Harry Potter irrumpe con Severus Snape (Alan Rickman), mirando desde las alturas un ejército de capas negras que caminan hacia un desolado Hogwarts. Profanando la tumba de Albus Dumbledore (Michael Gambon), reaparece Lord Voldemort (Ralph Fiennes) haciéndose con la Varita de Saúco, convencido de que acaba de sustraer su propia indestructibilidad. No faltará la imagen del recuerdo en estos primeros minutos con el epitafio que señala dónde yace Dobby (David Heyman) “un elfo libre”.
Los principales se establecen en una nueva casa franca de la Orden: Harry Potter (Daniel Radcliffe), Hermione Granger (Emma Watson) y Ron Weasley (Rupert Grint) recopilan la información necesaria para continuar con la búsqueda de los Horrocruxes y destruirlos. Allí podrán hablar con un debilitado Ollivander (John Hurt) que les descubre la propiedad de las varitas que Harry obtuvo en la Mansión Malfoy y les confirma la existencia de las "Reliquias de la Muerte".
Vuelta a escenarios entrañables que hacen dibujar una pequeña sonrisa a los fieles seguidores de la saga. El pacto de Harry con el duende Griphook (Warwick Davis) permite visitar el mítico callejón Diagon y, la sospecha de que uno de los Horrocruxes se esconde en la bóveda de Bellatrix Lestrange (Helena Bonham Carter), sube de nuevo al espectador en el vertiginoso vagón del Banco Gringotts. Harry encuentra el Horrocrux en el cáliz de Helga Hufflepuff mientras nuevos encantamientos y hechizos se suceden. La esencia mágica se mezcla con la huida en dragón del trío y la caída en agua fría que permite a Voldemort entrar en la mente de Harry. Es aquí cuando visualiza un nuevo Horrocrux, en Hogwarts.
Vuelta a escenarios entrañables que hacen dibujar una pequeña sonrisa a los fieles seguidores de la saga. El pacto de Harry con el duende Griphook (Warwick Davis) permite visitar el mítico callejón Diagon y, la sospecha de que uno de los Horrocruxes se esconde en la bóveda de Bellatrix Lestrange (Helena Bonham Carter), sube de nuevo al espectador en el vertiginoso vagón del Banco Gringotts. Harry encuentra el Horrocrux en el cáliz de Helga Hufflepuff mientras nuevos encantamientos y hechizos se suceden. La esencia mágica se mezcla con la huida en dragón del trío y la caída en agua fría que permite a Voldemort entrar en la mente de Harry. Es aquí cuando visualiza un nuevo Horrocrux, en Hogwarts.
¿Cómo entrar allí? El curioso Aberforth Dumbledore (Ciarán Hinds), hermano de Albus, les dará las claves para acceder a la Escuela mediante un pasadizo. Especialmente emotivo es el reencuentro de Harry, Hermione y Ron con los alumnos Neville Longbottom (Matthew Lewis), Luna Lovegood (Evanna Lynch), Ginny Weasley (Bonnie Wright) o la impetuosa maestra Minerva McGonagall (Maggie Smith). Todos ellos provocan la huida de Snape para concentrarse en la búsqueda del siguiente Horrocrux: la diadema de Ravenclaw. Está aquí en el castillo donde se guardan todas las cosas, le dice el fantasma de Helena Ravenclaw al joven mago, si necesitas preguntar nunca lo sabrás… si lo sabes, solo necesitas preguntar.
Mientras Harry corre hacia la Sala de los Menesteres, escenas álgidas se suceden con Ron y Hermione en la Cámara de los Secretos. La destrucción del cáliz de Helga con un colmillo de basilisco les funde en un apoteósico beso. En ese momento, Voldemort irrumpe en la Escuela.
Se mantiene hábilmente el perfil maligno de Snape para lograr que su personaje se convierta en el gran descubrimiento de la saga. Harry presencia la muerte del profesor, no sin antes heredar una de sus lágrimas para entrar en el Pensadero y conocer la verdadera identidad de Severus Snape que, sin imaginarlo, también será la historia de su pasado y la de su propio destino.
Una vez llegado el momento el chico debe morir, confiesa Albus Dumbledore a Snape. Y Voldemort debe ser su verdugo, continúa, eso es esencial.
Entre todos esos recuerdos, Harry se entera de que, tras la ira que Snape ha proyectado contra él todos esos años, se escondía un amor profundo no correspondido hacia su madre Lily Potter. Piezas que siguen encajando cuando el joven protagonista descubre que tanto la serpiente Nagini de Voldemort, como él mismo, Harry Potter, son los Horrocruxes que faltan para destruir al que no debe ser nombrado.
Entre tanto, una lucha encarnizada. Harry es enviado al limbo por el hechizo asesino Avada Kedavra de Voldemort pero se le concede regresar cuando todos le creían muerto. Molly Weasley (Julie Walters) presencia el ataque de Bellatrix a su hija Ginny y decide destruir a la Death Eater. Y como el premio que hace justicia a la torpeza que ha condenado a Neville durante toda la saga, se le concede la honorable proeza de acabar con Nagini asiendo la Espada de Gryffindor. Pero es la escena de la retirada de la familia Malfoy, abandonando el lado oscuro, la que sienta las bases de una inminente victoria.
Harry vs Voldemort, el enfrentamiento más esperado no es una de las escenas más potentes del film. La fundición de las luces verde y roja confronta la magia Slytherin-Gryffindor hasta dejar a solo uno de los personajes con vida. El director David Yates no se ha recreado en el momento más esperado de la saga. Diez años han pasado desde que se proyectara la primera película “Harry Potter y la piedra filosofal” y, desde entonces, pocos cara a cara se han presenciado entre protagonista y antagonista. Todo se postergaba a esta última parte que, sin embargo, no ha conseguido ser el punto neurálgico de la proyección.
Sello de recomendación |
A pesar de ello, el espectador asiste a un final sentimental y con carga emotiva. La Varita de Saúco destruida y la herencia de Harry a la vista de todos. Diecinueve años después... las mismas dudas: ¿y si me ponen en Slytherin?, asola la pregunta en la estación londinense King's Cross, frente al andén 93/4.
Un tren rumbo a la magia que deja en tierra, diciendo adiós, a los magos más famosos del mundo.
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¿Qué podría decir de J.K.Rowling un muggle cuaquiera?
El viaje de Manchester a Londres más rentable de la historia que ha hecho soñar a todos los públicos durante años. Md.
1 comentario:
Todo termina como espera cualquier lector que lleva siguiendo a Harry una década. Me gustó bastante la adaptación al cine y eso que no me va nada la ciencia ficción.
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