9 may 2012

Los Juegos del Hambre. SUZANNE COLLINS



Si es difícil imaginar un mundo donde la crueldad alcance su máxima expresión, todavía lo es más si ésta se ceba con vidas inocentes. Niños entre 12 y 18 años, títeres de un sistema atroz y víctimas del despotismo, son arrojados a la Arena para matarse entre ellos. Solo uno podrá sobrevivir y todo será televisado.

A pesar del salvajismo, Suzanne Collins ha logrado hacerse un hueco en la sección juvenil de las librerías con su trilogía Los Juegos del  Hambre. La autora estadounidense abría, en 2008, las puertas de un nuevo mundo dentro del género ficción. Panem, el resultado de una organización en Distritos numerados que llega tras el Apocalipsis y los movimientos ciudadanos. Controlado por un gobierno, El Capitolio, que ejerce un mandato sin discusión, tal y como lo haría una deidad.


Así es como se presenta la trama en el primero de los tres libros, “Los Juegos del  Hambre”. Un título chocante, incapaz de entender sin antes adentrarte en la novela. ¿Cómo lograr que ligue la connotación recreativa con una escasez vital?  La clave llega con la protagonista, Katniss Everdeen, una joven del pobre Distrito 12 que ve cómo el Día de la Cosecha sacude su rala existencia. Anualmente, cada Distrito, escoge al azar el nombre de un niño y una niña que los representará en los Juegos del Hambre. Una brutalidad nacida desde El Capitolio para recordar a todos los Distritos las consecuencias de una sublevación en busca de libertad que se llevó a cabo, años atrás, contra el poder. Katniss Everdeen, 16 años, se convertirá  en tributo voluntario cuando ve salir el nombre de Prim. Inmanente a ella, su pequeña hermana se librará en esta ocasión de la muerte. Sin embargo, Katniss pasará a ser una nueva pieza del Capitolio junto a su compañero de Distrito, Peeta Mellark. Ambos emprenderán un viaje que activa el dispositivo de la supervivencia. Si solo uno puede ganar los Juegos del Hambre, uno de los 2 morirá. Eso dicen las reglas. Pero todo sistema corrompido tiene su punto débil: Katniss avanzará en la Arena con una mochila de valores que logrará vencer sin armas al Capitolio.



También es durante esta segunda parte, “En llamas”, cuando el lector sigue masticando la barbarie en forma granulada. Katniss y Peeta han sido los únicos supervivientes de los Juegos del Hambre, ya están viviendo en la Aldea de los Vencedores aunque convertidos en la amenaza más visible del Capitolio. Además, el éxito de una historia de amor que se diseñó para ambos, con vistas al espectáculo televisivo pero con el único objetivo de mantenerlos con vida en la Arena, empieza a cuestionarse cuando Katniss anhela su vida en el bosque con Gale. De nuevo en el Distrito 12, Katniss será ajena a lo que ha supuesto su paso por los Juegos del Hambre: el respeto por la vida, la lealtad, el sentimiento extremo y, sobre todo, la esperanza en un nuevo mundo.  La sublevación contra El Capitolio estalla en los Distritos y la sospecha de que existe un Distrito 13, ajeno a la opresión, hace que Katniss empiece a diseñar un plan de huida. No tendrá mucho tiempo ya que El Capitolio le tiene preparada otra sorpresa: una boda y el regreso a la Arena de la mano de Peeta, conmemorando el Vasallaje de los Veinticinco. Ahora no tendrán que enfrentarse a tributos anónimos sino a antiguos ganadores de la historia de los Juegos del Hambre. Tampoco a un bosque con toda clase de trampas sino a una isla programada para morir. Solo habrá que hallar la hora para resquebrajar la más alta tecnología del Capitolio.


Y llegó “Sinsajo”, el símbolo de la revolución. No habrá en esta novela una nueva Arena pero sí un campo de batalla. La misión de llegar hasta El Capitolio, asesinar a su presidente y construir un futuro donde la palabra libertad tenga significado, será encomendada a Katniss. Superviviente del Vasallaje, en esta ocasión no por mérito propio sino porque era la pieza clave de un plan de rescate diseñado por los rebeldes, se sumirá en un Distrito 13 que parece una escisión de lo que Katniss ya conocía. Comidas racionadas, pulseras que marcan lo que hacer con tu tiempo, creaciones de soldados a mansalva y, de nuevo, la vida pendiente de ese hilo que manejan los poderosos a sus espaldas. Katniss ha visto las cenizas de su Distrito, presenciado en vivo la muerte y ahora es espectadora de las intervenciones televisivas que muestran a Peeta torturado por El Capitolio. Tendrá que pensar muy bien qué pedir a cambio si decide convertirse en el símbolo de la revolución y hacérselo saber al gobierno. El cierre de la trilogía sigue despertando dolor, impotencia y empatía con muchos de los personajes. Víctimas de un juego que escribe la historia de sus vidas. Las líneas finales no se quedan ahí. Suzanne Collins regala al lector un epílogo con una dosis de esperanza.


Página a página. Me ha sido imposible no ir desarrollando una comparativa entre lo que iba leyendo y el mundo en el que vivimos. Parece imposible hablar de un Capitolio  capaz de manejar miles de vidas, hasta el punto de jugar con ellas para calmar el entretenimiento. Donde la libertad se convierta en un anhelo inalcanzable y se haga de la muerte un espectáculo.  En el que exista el silencio del avox , la amenaza del muto, los polos económicos  o la tortura a base de veneno de rastrevíspula… Quizá el mundo imaginado por Collins no dista tanto del nuestro. 

20 nov 2011

Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio

De la técnica stop-motion, empleada por el director Claude Misonne, a la motion-capture de Steven Spielberg, han pasado 64 largos años. Tiempo que ha contribuido al progreso de la industria cinematográfica pero no al olvido de la clásica historieta.
Las aventuras de Tintín (Jamie Bell) aterrizan en la gran pantalla con “El secreto del Unicornio”.  Presentación algo confusa ya que el filme adapta el argumento del álbum de Hergé con mismo título pero, también, recurre a míticas escenas del tomo “Tintín y El cangrejo de las pinzas de oro”. Es el caso del embarco en el Karaboudjan, cuando el intrépido periodista belga llega hasta la habitación del capitán Haddock (Andy Serkis), solicitando su ayuda para escapar de un secuestro. También se observa en las escenas de la huída en bote, la llegada del hidroavión y, como no, las del desierto del norte de África. El resto recurre a las viñetas del secreto del unicornio, un navío bajo mar que aguarda un tesoro misterioso capaz de movilizar al mismísimo Sakharine (Daniel Craig) y despertar al temido Rackham el Rojo.

Viñetas del álbum Tintín y El cangrejo de las pinzas de oro
utilizadas en la adaptación de Spielberg.

Pelirrojo con tupé, pantalones bombachos y acompañado de su fiel fox terrier Milú. El aspecto de Tintín 3D está a la altura de la línea clara que caracterizaba el estilo de Hergé. Homenaje a su creador, no podía faltar, que se verá retratado en las primeras escenas del mercadillo. 

El alboroto generado por el robo de unas carteras presenta al público a la pareja de policías Hernández y Fernández (Simon Pegg y Nick Frost).Intentarán seguir a Tintín y Milú hasta la conclusión del caso dejando en evidencia su característica torpeza resolutiva. Siempre con su comicidad y sus andares de cine mudo parecen iguales pero no lo son: la forma del bigote los delata!


              
Como no, el audiovisual conseguirá un efecto inalcanzable en la viñeta: el sonido. Será lo mínimo que pueda hacer Spielberg por Bianca Castafiore, también llamada El Ruiseñor Milanés, la cantante de ópera más famosa de la historieta. Su voz estridente, acompañada de su inseparable pianista Igor Wagner, agilizará el desenlace de la aventura para dar paso a una persecución propia de simulador virtual.
 
Mucha acción durante 109 minutos de proyección que, sin embargo, en momentos puntuales parece acabarse y no lo hace. Se acompaña de la elaboración musical de John Williams que remarca la utilización de planos cuidados que recuerden a la viñeta original. En definitiva, un buen resultado que concede el OK a Spielberg para continuar con el proyecto de trilogía sobre Tintín en el que quiere embarcarse. 

17 nov 2011

Las ardillas de Central Park están tristes los lunes, KATHERINE PANCOL


Nos confesó el color de ojos de los cocodrilos, hizo que bailáramos al son de las tortugas y, en su última novela, nos descubría que casi todas las ardillas de Central Park están tristes los lunes.
KATHERINE PANCOL. Corría el año 2006 cuando una novela de cubierta verdosa empezó a destacar en las librerías. Un título original y un diseño divertido, a base de letras de colores, invitaba a ser leído sin dar oportunidad a la sinopsis. Directamente cruzabas la portada y te adentrabas en la vida de Joséphine, una gran protagonista… y, entonces, nada podías hacer sino seguir leyendo…  

Los ojos amarillos de los cocodrilos transcurre en París. En un modesto piso de Courbevoie, sin dinero, sin marido, sin ganas de vivir y sin aparente valor. Joséphine tiene que sacar a sus hijas adelante, una exigente Hortense y una dulce Zoé, mientras el tejido argumental se ciñe sobre ella hasta oprimirla. Su hermana Iris ostenta una vida perfecta, en un entorno de envidias, encabezado por el veneno de su amiga Bérengère, con un marido idílico Philippe y su hijo Alexandre. Será Iris la que irá desplazando a Joséphine página a página hasta que la protagonista ocupe su lugar. Conocedora de las necesidades económicas de su hermana y de su profundo conocimiento del siglo XII, Iris le propone a Joséphine que le escriba una novela, suplantando la autoría, para afianzar la apariencia social que está perdiendo. Tener todo lo que la vida te puede dar, no será suficiente para Iris y el anhelo por conseguir más, sin esfuerzo, acaba arrebatándole todo lo que era. Además, Joséphine arrastra fantasmas del pasado. Un capítulo no superado en su infancia la condena a una relación conflictiva con su madre Henriette. Y todo en un entorno vecinal donde el secreto de Shirley y su hijo Gary avivará la chispa que la vida de Joséphine necesita.

El gran éxito de Pancol no se hizo esperar. Dos años más tarde publicaba El vals lento de las tortugas, con el que Joséphine nos enseñaba que la vida es un baile y hay que saber llevar el ritmo en cada momento. En esta ocasión y con el dinero obtenido del libro tras recuperar los derechos de autor, Joséphine se traslada a un piso con balcón donde poder compartir su miedo con las estrellas. Las exigencias de una insolente Hortense la llevarán hasta Avenida Raphaël, cerca de la Muette, un buen barrio parisino en el que solo se sentirá identificada con la portera Iphigénie. Recién llegada, Joséphine será sorprendida por una agresión y, sin saberlo, convivirá con los sospechosos, con sus propios agresores. Una vecindad peculiar que confiere a este segundo libro de la trilogía una trama propia de novela negra. Nuevas incorporaciones a la familia, con Du Guesclin a la cabeza, necesarias para llenar ese vacío que dejan Shirley y Hortense con su nueva vida en Londres. Asistimos a una dualidad de escenarios que enriquece sin duda la obra.


Y hace algunos días, Katherine Pancol nos regalaba el final de la trilogía: Las ardillas de Central Park están tristes los lunes. Un cierre de 800 páginas que no defrauda, con personajes ya madurados que calan sin querer en la sensibilidad del lector. Este volumen está, sobre todo, dedicado a los sentimientos y al cine. Joséphine abandonará el siglo XII para escribir la historia de Cary Grant y el Jovencito; el nuevo argumento de un libro que su editor reclama. El hilo musical lo pondrá Gary desde Nueva York y, desde el punto de vista mercantil, se recuperará un entramado de viejos personajes ligados a la empresa de Marcel Grobz. El tiempo, justiciero, irá liberando a un Philippe abotargado por su pasado. Así unos encontrarán cobijo, su hijo Alexandre le dará la clave de la felicidad acogiendo en su casa a una vagabunda, mientras otros parientes saludarán de cerca a la inmundicia. La parte que nos recuerda que estamos ante una novela, con su conveniente dosis de ficción, es la correspondiente a Junior. Una reencarnación que Katherine Pancol utilizará para cerrar fácilmente tramas que habían ido evolucionando hasta las últimas páginas. Aunque esto no impide a Pancol lograr en el espectador el efecto de ver una novela dentro de otra novela.

Muchas cosas importantes que destacar en esta trilogía colorista. Justificada importancia a la imagen y a la apariencia en la sociedad actual que inicia Iris, con esos paseos por las reuniones de la alta sociedad parisina y que continuará Hortense, adentrándose en el mundo de la moda. Notable en la escritura de Pancol es la forma de manifestar los sentimientos. Parece que los captura y no deja que penetren en el resto de personajes. Solo la sensibilidad de Joséphine abriga los estímulos del resto. Conforma así, Pancol, figuras con carácter. Pero, sobre todo, estamos ante una trilogía afectiva que te embriaga con las diferentes caras del amor. Las novelas persiguen máximas que apelan al trabajo y al esfuerzo, al juego limpio de la vida, a la independencia y al respeto por uno mismo.

10 ago 2011

Los Pitufos

¿Qué ocurriría si encontraras a unos seres azules merodeando por tu salón? Eso precisamente es lo que les ocurre a Patrick (Neil Patrick Harris) y Grace (Jayma Mays) en su apartamento de Nueva York. Embebidos por la gran ciudad, pensando en ampliar la familia y con un trabajo tambaleante, el matrimonio tendrá que integrar en su rutina a los famosos  Pitufos. Unas criaturas que van a cambiar su bosque mágico por la frenética actividad de Central Park y que van a aprender a combinar sus tres manzanas de alto en la Gran Manzana neoyorquina. Toda una proeza pitufa que nos traslada a nuestra más tierna infancia recordándonos valores fundamentales de convivencia.
Los Pitufos se mezclarán con gente de carne y hueso, no sin antes emplear los primeros minutos de cinta en enseñarnos su aldea. Implicados en la preparación del Festival De la Luna Azul, Papá Pitufo (voz original de Jonathan Winters) tiene una visión terrorífica en la que Gargamel (Hank Azaria) consigue capturar a todos los Pitufos. El presagio se va tornando realidad cuando Pitufo Torpe (Anton Yelchin) conduce al malvado brujo hasta la aldea y todos tienen que huir precipitadamente.
Seis de ellos irán a parar a un portal mágico que les escupirá al mismo centro de Nueva York. Pitufina (voz original Katy Perry), Pitufo Valiente (voz original Alam Cumming), Pitufo Gruñón (George López), Pitufo Torpe, Pitufo Filósofo (Fred Armisen) y Papá Pitufo, creerán estar a salvo hasta que ven a Gargamel emerger del mismo portal. Los seis Pitufos, intentando encontrar resguardo, se cruzarán en la vida de Patrick y acabarán dándole la clave marketiniana para afirmarse como Director de Marketing en la empresa de cosméticos Anjelou.
Aflora una crítica volátil de la sociedad actual. Gargamel hace una exhibición de brujería en la sede Anjelou consiguiendo rejuvenecer a una de las asistentes. La Jefa de Patrick, que presencia el acontecimiento, se pasará el resto del filme persiguiendo al malvado Gargamel para comprarle ese cosmético mágico que podría reportarles ganancias infinitas. Además, los Pitufos y su alegría en forma de cancionero inundarán los espacios de Patrick y Grace. Los seis azules les mostrarán cómo el frenético modo de vida hace que se olviden los pequeños detalles; pinceladas de vida que acaban perdiéndose.
Dentro del mundo publicitario, Los Pitufos exhiben un evidente product placement durante toda la proyección. Mientras Gargamel busca la esencia pitufa, el director Raja Gosnell nos planta sin descaro ante gigantes como M&M o SONY. No solo eso, sino que en el contexto de los cosméticos se hace referencia a MAC, Lancôme o Clinique.
El cierre de esta obra divertida, fresca y bien elaborada corresponde a Pitufo Narrador (voz original de Tom Kane). Pero no te levantes de la silla… a los créditos le acompaña una divertida reconstrucción de la aldea!       
CURIOSIDADES PITUFÍSIMAS…
-          No es la primera vez que Los Pitufos saltan a la gran pantalla. Lo hicieron en Les aventures des Schtroumpfs en 1965 y fue su propio creador Peyo, junto a Yvan Delporte, quienes elaboraron el guión.

-          La versión actual de Los Pitufos es la primera live-action que la franquicia azul elabora con imagen por ordenador.

2 ago 2011

Harry Potter y las reliquias de la muerte - Parte 2

La imagen “Warner Bros Pictures” asoma por última vez en la gran pantalla coreada por el inconfundible Hedwig’s Theme. La última de la saga no se dilata en introducciones. Consecutivo al film estrenado el pasado 19 noviembre de 2010, el cierre de Harry Potter irrumpe con Severus Snape (Alan Rickman), mirando desde las alturas un ejército de capas negras que caminan hacia un desolado Hogwarts. Profanando la tumba de Albus Dumbledore (Michael Gambon), reaparece Lord Voldemort (Ralph Fiennes) haciéndose con la Varita de Saúco, convencido de que acaba de sustraer su propia indestructibilidad. No faltará la imagen del recuerdo en estos primeros minutos con el epitafio que señala dónde yace Dobby (David Heyman) “un elfo libre”.

Los principales se establecen en una nueva casa franca de la Orden: Harry Potter (Daniel Radcliffe), Hermione Granger (Emma Watson) y Ron Weasley (Rupert Grint) recopilan la información necesaria para continuar con la búsqueda de los Horrocruxes y destruirlos. Allí podrán hablar con un debilitado Ollivander (John Hurt) que les descubre la propiedad de las varitas que Harry obtuvo en la Mansión Malfoy y les confirma la existencia de las "Reliquias de la Muerte". 

Vuelta a escenarios entrañables que hacen dibujar una pequeña sonrisa a los fieles seguidores de la saga. El pacto de Harry con el duende Griphook (Warwick Davis) permite visitar el mítico callejón Diagon y, la sospecha de que uno de los Horrocruxes se esconde en la bóveda de Bellatrix Lestrange (Helena Bonham Carter), sube de nuevo al espectador en el vertiginoso vagón del Banco Gringotts. Harry encuentra el Horrocrux en el cáliz de Helga Hufflepuff mientras nuevos encantamientos y hechizos se suceden. La esencia mágica se mezcla con la huida en dragón del trío y la caída en agua fría que permite a Voldemort entrar en la mente de Harry. Es aquí cuando visualiza un nuevo Horrocrux, en Hogwarts.
¿Cómo entrar allí? El curioso Aberforth Dumbledore (Ciarán Hinds), hermano de Albus, les dará las claves para acceder a la Escuela mediante un pasadizo. Especialmente emotivo es el reencuentro de Harry, Hermione y Ron con los alumnos Neville Longbottom (Matthew Lewis), Luna Lovegood (Evanna Lynch), Ginny Weasley (Bonnie Wright) o la impetuosa maestra Minerva McGonagall (Maggie Smith). Todos ellos provocan la huida de Snape para concentrarse en la búsqueda del siguiente Horrocrux: la diadema de Ravenclaw. Está aquí en el castillo donde se guardan todas las cosas, le dice el fantasma de Helena Ravenclaw al joven mago, si necesitas preguntar nunca lo sabrás… si lo sabes, solo necesitas preguntar.
Mientras Harry corre hacia la Sala de los Menesteres, escenas álgidas se suceden con Ron y Hermione en la Cámara de los Secretos. La destrucción del cáliz de Helga con un colmillo de basilisco les funde en un apoteósico beso. En ese momento, Voldemort irrumpe en la Escuela.

Se mantiene hábilmente el perfil maligno de Snape para lograr que su personaje se convierta en el gran descubrimiento de la saga. Harry presencia la muerte del profesor, no sin antes heredar una de sus lágrimas para entrar en el Pensadero y conocer la verdadera identidad de Severus Snape que, sin imaginarlo, también será la historia de su pasado y la de su propio destino.
Una vez llegado el momento el chico debe morir, confiesa Albus Dumbledore a Snape. Y Voldemort debe ser su verdugo, continúa, eso es esencial.
Entre todos esos recuerdos, Harry se entera de que, tras la ira que Snape ha proyectado contra él todos esos años, se escondía un amor profundo no correspondido hacia su madre Lily Potter. Piezas que siguen encajando cuando el joven protagonista descubre que tanto la serpiente Nagini de Voldemort, como él mismo, Harry Potter, son los Horrocruxes que faltan para destruir al que no debe ser nombrado.
Entre tanto, una lucha encarnizada. Harry es enviado al limbo por el hechizo asesino Avada Kedavra de Voldemort pero se le concede regresar cuando todos le creían muerto. Molly Weasley (Julie Walters) presencia el ataque de Bellatrix a su hija Ginny y decide destruir a la Death Eater. Y como el premio que hace justicia a la torpeza que ha condenado a Neville durante toda la saga, se le concede la honorable proeza de acabar con Nagini asiendo la Espada de Gryffindor. Pero es la escena de la retirada de la familia Malfoy, abandonando el lado oscuro, la que sienta las bases de una inminente victoria.  
Harry vs Voldemort, el enfrentamiento más esperado no es una de las escenas más potentes del film. La fundición de las luces verde y roja confronta la magia Slytherin-Gryffindor hasta dejar a solo uno de los personajes con vida. El director David Yates no se ha recreado en el momento más esperado de la saga. Diez años han pasado desde que se proyectara la primera película “Harry Potter y la piedra filosofal” y, desde entonces, pocos cara a cara se han presenciado entre protagonista y antagonista. Todo se postergaba a esta última parte que, sin embargo, no ha conseguido ser el punto neurálgico de la proyección.  
Sello de recomendación
A pesar de ello, el espectador asiste a un final sentimental y con carga emotiva. La Varita de Saúco destruida y la herencia de Harry a la vista de todos. Diecinueve años después... las mismas dudas: ¿y si me ponen en Slytherin?, asola la pregunta en la estación londinense King's Cross, frente al andén 93/4.

Un tren rumbo a la magia que deja en tierra, diciendo adiós, a los magos más famosos del mundo.
¿Qué podría decir de J.K.Rowling un muggle cuaquiera?
El viaje de Manchester a Londres más rentable de la historia que ha hecho soñar a todos los públicos durante años. Md.



11 jun 2011

Piratas del Caribe 4 - En mareas misteriosas

Después de cerrar la trilogía que consiguió recaudar 2.700 millones de dólares, Rob Marshall toma el testigo de Gore Verbinski en la dirección de la cuarta de la saga.
En esta ocasión Jack Sparrow (Johnny Deep) vuelve a ostentar el papel protagonista. Sin embargo, la irrupción de nuevos tripulantes como Angélica (Penélope Cruz), el español (Óscar Jaenada) o Scum (Stephen Graham), hacen que el plano del capitán sea más discreto.
Este nuevo reparto introduce savia nueva en una historia que sigue hablando de piratas. Se intenta conseguir el tono cómico y la frescura, que había ido perdiendo Sparrow en cada largometraje, con la relación entre éste y Angélica. Feeling incapaz de traspasar la gran pantalla y que, sin quererlo, acaba instalándose en la quimérica historia entre el humano Philip Swift (Sam Claflin) y la sirena Syrenia (Astrid Bergès-Frisbey).
La trama comienza cuando Jack Sparrow se percata de que un impostor está suplantando su identidad en Londres. Un plan perfectamente trazado por Angélica para embarcarle en el Queen Anne’s Revenge, el barco capitaneado por el temido Barbanegra (Ian McShane). El rumbo que toman las mareas misteriosas llevará a los interesados hasta La Fuente de la Juventud. Será el escenario fetiche que todos quieran alcanzar para extraer el elixir del tiempo. La sola idea de poseer los dos cálices y la lágrima de sirena que ponen en funcionamiento la fuente mágica, marcará el inicio de una carrera de navíos.
"Walt Disney Pictures" sigue respaldando esta producción que ha apostado por escenarios hawaianos. Un presupuesto que se ha visto mermado con respecto a sus predecesoras, han obligado a producir en plató algunas partes del filme que hubieran podido grabarse en exteriores. Esto no ha impedido que se vean escenas llenas de acción y la fantasía en forma de cola de sirena. Realismo en estos movimientos marinos que se consiguió con un grupo de nadadoras sincronizadas.
El talento de Hans Zimmer endulza con su música los 137 minutos de proyección. El compositor alemán, ganador del Óscar y el Globo de Oro a la Mejor Banda Sonora (1994) por “El Rey León” repite en la saga Piratas del Caribe. Sintonías que transportan a universos oníricos, capaces de proyectar el fulgor en una calavera.
Piratas del Caribe está inspirada en la novela de Tim Powers “En costas extrañas” (On strange tides), escrita en 1987. Su protagonista Jack Shandy se verá envuelto en un abordaje. Para sobrevivir tendrá que idear un plan que le convierta en uno de los piratas más temidos y poder salvar a Beth Hurwood. 

18 feb 2011

La trampa del mal

Escoger el versículo de San Pedro 5,8 en el que se cita al diablo para comenzar “La trampa del mal” es indicativo de la secuencia lógica que puede seguir la trama, si bien siempre queda la esperanza de que sea otra la forma de abordarla. Si además la película se enmarca dentro del género de terror y conjuntamente utiliza el recurso del espacio cerrado, exitoso en “Buried” o “Saw”, resulta pertinente conceder a la idea original de M. Night Shyamalan el beneficio de la duda.
La historia reúne en un ascensor de un edificio de oficinas a cinco personajes que no se conocen. Una parada interrumpe la subida y los trabajadores de la cabina de seguridad, Ramírez (Jacob Vargas) y Lustig (Matt Craven), observan que el elevador aparece en modo inspección e intentan comunicarse con los atrapados. Mientras el mecánico va a comprobar el sistema principal del sótano comienza la sucesión de eventualidades en el interior del ascensor. Tocamientos inoportunos, luces que se apagan, gritos, símbolos sobre las imágenes emitidas por las cámaras e inexistencia de cobertura con la cabina. Cinco reacciones con sendas sospechas que llevarán a Ramírez y Lustig a ponerse en contacto con el detective Bowden (Chris Messina) en busca de soluciones.
Con su llegada se empezará a aclarar la identificación de cuatro de los cinco atrapados: un joven comercial (Geoffrey Arend) que anteriormente había realizado un timo en pirámide, una mujer joven (Bojana Novakovic) que pretendía abandonar a su marido con intereses económicos, el guardia suplente del edificio (Bokeem Woodbine) con antecedentes violentos y la aparente ladrona de carteras Jane Kowsky (Jenny O’Hara). Mientras cada uno de estos personajes va sufriendo un ataque para estar argumentalmente fuera de sospecha, el detective Bowden comprueba que alguien ha saltado desde la ventana de la planta 35 del edificio y ha dejado una carta cuyo mensaje se refiere a los pasos del diablo. La identificación del último personaje se demorará para generar esa confusión, no especialmente lograda, en el espectador. El mecánico (Logan Marshall-Green) también será un pecador como el resto de retenidos ya que contará con un homicidio a sus espaldas con implicación indirecta para el detective Bowden.
Tras 82 minutos se resuelve quién esconde la identidad satánica. Requiere sencilla intuición por ser el personaje del que menos información se ofrece, el aparentemente más vulnerable, con disimulada intervención en la trama y al que se elimina con el método visualmente más impactante. Un desenlace abierto a la esperanza y al perdón con apostilla religiosa.


¿LA PRIMERA PARTE DE UNA TRILOGÍA…
Aunque la firma de dirección ha recaído sobre John Erick Dowdle con un guión de Brian Nelson, la idea original es de M. Night Shyamalan.
“La trampa del mal” ha sido la primera incursión en la gran pantalla de la trilogía The Night Chronicles, de Shyamalan, que transpondrá lo sobrenatural a la sociedad actual.