29 dic 2010

La posesión de Emma Evans

Pese a ser una producción española, el director barcelonés Manuel Carballo se ha decantado por un equipo de reparto internacional en esta nueva apuesta. Sabiamente de la mano de Julio Fernández Rodríguez, productor de cintas como “REC” (2007) o “El perfume: historia de una asesino” (2006) y presidente de la Compañía productora cinematográfica Filmax, se presenta el tema de la posesión diabólica desde una perspectiva que rehúye del exceso de artificiosidad.
Aprovechando la versión actual de la cartelera cinematográfica, donde el cine español de terror tiene escasa presencia, “La posesión de Emma Evans” intenta inmiscuir la vida de una adolescente de 15 años en un mundo satánico. La joven, Emma Evans (Sophie Vavasseur), se ve presa de una educación que la oprime y decide conseguir su libertad invocando al más allá. Su tío, Christopher (Stephen Billington), le ayudará sutilmente a atraer al demonio para demostrar la veracidad de las posesiones ante quienes le han apartado de la Diócesis por practicar el exorcismo. Sin embargo, Emma desconoce que el precio de su libertad no se saldará sino con la muerte de los miembros de su familia. Su padre John (Richard Felix) y su madre Lucy (Jo Anne Stockham) tendrán que presenciar varias escenas turbadoras para cerciorarse de que verdaderamente su hija está endemoniada. Peor parado y más inocente, su hermano Alex(Tommy Bastow), que se verá a solas con una hermana irreconocible.
De nuevo la güija como elemento invocador y algunas escenas, Emma levitando, que no van más allá de lo ya empleado para nutrir este género. Nada descubre por tanto. Incluso se apoya en un contenido que recuerda a otros filmes tales como “El exorcismo de Emily Rose” de Scott Derrickson (2005) o el clásico “El exorcista” de William Friedkin (1973). Aporta alguna escena de tensión pero ningún sobresalto que mueva al espectador de la butaca.

27 dic 2010

BRUC. El desafío

Rescatando el episodio de la Batalla del Bruch que enfrentó a las tropas españolas y napoleónicas el 6 de junio de 1808, el director Daniel Benmayor afronta un segundo largometraje que difiere temáticamente del juego de supervivencia planteado en su primer trabajo “Paintball” (2009).
El epicentro audiovisual que ofrece un significado a la trama de “Bruc. El desafío” descansa en la leyenda que se forjó en torno a la retirada del Ejército francés gracias a la intervención del Niño del Tambor. El joven aprovechó el eco de las Montañas de Montserrat para tocar el instrumento bajo cavidades rocosas. El efecto sonoro causado fue tal que las tropas napoleónicas se batieron en retirada creyendo que un numeroso Ejército español les esperaba. Cuando Napoleón I Bonaparte se enteró de la afrenta quiso la cabeza del responsable que había puesto de manifestado la imbatibilidad de sus hombres.
En la versión de 97 minutos que propone Daniel Benmayor, Juan es apodado Bruc (Juan José Ballesta), hijo de una familia de carboneros a quienes les gustaría enviarle a Barcelona para ingresar en el Ejército Militar por sus habilidades como cazador. Se concede al espectador escasos minutos para conocer la historia de familia así como el acercamiento de Juan a la joven Gloria (Astrid Bergès-Frisbey) antes de que los mercenarios enviados por Napoleón den con su paradero y acaben con todos sus seres queridos.
Entre estos persecutores, un caracterizado De La Mata (Santi Millán) enfila la ladera junto a Attab (Moussa Maaskri), Maraval (Vincent Perez), Baraton (Jérôme Le Banner) y Noailles (Nicolas Giraud). Ante la incapacidad de captura, los hombres de Napoleón tomarán como rehén  a Gloria y Bruc se verá obligado a desorientarlos sin perder de vista a su prometida. Juan invocará el Santuario e irá conduciendo a los supervivientes a su terreno hasta resolverse en un cuerpo a cuerpo.   
A pesar de la cuidada fotografía que permite “Bruc. El desafío” para agilizar una trama lineal, no se comprende el porqué de privar al espectador de una visión más auténtica y veraz del momento de la Batalla que conforma la razón de la película. Las escasas escenas de la ofensiva que se solventa con la hazaña tamborilera se disipan con dos breves flashback y utilizando un efecto de cámara retumbante que emula el estruendo provocado por la caja instrumental. En definitiva, dilatada persecución y pobre episodio nacional.


Viajero,
para aquí,
que el francés también paró,
el que por todo pasó
no pudo pasar de aquí. 

                         Inscripción que reza en la Estatua del Timbaler del Bruch,
                                                                                 (El Bruc, Cataluña).
  

26 dic 2010

Los viajes de Gulliver

No es de extrañar que en época navideña llegue a las pantallas un tipo de filme familiar como “Los viajes de Gulliver”. Entretenimiento que torna en fantasía, siempre enfocado a los más pequeños, aunque restableciendo el clásico dibujo animado que promueve la nueva industria. En este caso, el director Rob Letterman se ha decantado por una de las joyas novelísticas de aventuras más exitosas del siglo XVIII para otorgarle forma de producción estadounidense.
La película comienza con una ambientación que responde a la actualidad. Lemuel Gulliver (Jack Black) se encarga desde hace diez años del reparto del correo en una compañía. Estancado en un puesto que ha ido amoldando a sus aficiones y rodeado de una vida conformista, Gulliver se verá con una única aspiración: entregarle diariamente la correspondencia a la periodista Darcy (Amanda Peet) de la que está profundamente enamorado. Consciente de que no podrá captar su atención, Gulliver decide azarosamente aplicar al puesto de Redactor de Viajes. Un rápido copia pega de varias Webs harán que Darcy quede maravillada de un estilo periodístico plagiado pero que, sin duda, le concede su primer reportaje sobre el Triángulo de las Bermudas. Así Gulliver se embarcará en uno de los viajes más quiméricos que le trasladan hasta Lilliput.
A partir de este momento, se abandona la estética presente para alzarse en un mundo fantástico donde Gulliver ostenta el papel de gigante entre liliputienses que le creen espía de sus vecinos blefusianos. Subido a su gran pecho, el diminuto General Edward (Chris O’Dowd) le comunicará la obligación de comparecer ante el rey Teodoro (Billy Connolly) mientras Gulliver cree ser preso de un sueño. Sin embargo, en su nueva cárcel conoce a su compañero Horacio (Jason Segel) y pronto su mejor amigo. Gulliver se convertirá en uno más. Hará partícipe a los liliputienses de relatos inventados que le sitúan como Presidente Grandioso de la Isla de Manhattan y se atribuirá los descubrimientos más importantes de la historia. De este modo, el Rey autoriza la construcción de la casa de sus sueños y la recreación de su vida neoyorquina. A cambio Gulliver ayuda a Horacio en la conquista de la princesa María (Emily Blunt) y salva a Lilliput del ataque perpetrado por Blefusa. Las cosas empezarán a ir mal cuando el General Edward se ve desplazado de su puesto y decide unirse al reino enemigo. La realidad se volverá a mezclar con la ficción cuando haga su aparición Darcy en Lilliput y culminará con la resolución de un conflicto que envuelve una gran moraleja: que nadie te haga sentir que esto es lo más alto a lo que nunca podrás llegar porque no hay trabajo pequeño sino gente diminuta.   
Originalidad en las escenas de Lilliput durante la construcción de la casa de Gulliver; en especial, la Sala de Audiovisuales con la particular versión de “Titanic”, la confección del café, el futbolín, el regimiento de masajes o la adaptación de “Dj Hero”. También visible en la creación de la intersección “Times Square” con los luminosos que publicitan Gulex y no “Rolex”, que sujetan el lema de Gull did it en lugar de “Just do it” o que invitan a ver Gavatar y no “Avatar”.
Basado en el libro de Jonathan Swift publicado en 1726. La obra comienza en 1699 y concluye en 1715 a pesar de que, en el filme de Rob Letterman, Gulliver pase sus 85 minutos de proyección entre personajes diminutos y escasos entre gigantes. El escritor Jonathan Swift se decantó por una división cuatripartita que se correspondiera con el Viaje a Lilliput (Parte I), Viaje a Brobdingnag  (Parte II), Viaje a Lupata, Balnibarbi, Luggnagg, Glubbdubdrib, Japón (Parte III) y Viaje a la ciudad de los Houyhnhnms (Parte IV).

21 dic 2010

Burlesque

Welcome to Burlesque lounge! El espacio que reúne a Cherilyn Sarkisian (Cher) y Christina Aguilera, bajo la claqueta de Steven Antin, integrando un repertorio musical elaborado específicamente por ambas artistas para este nuevo estreno. Un dúo de reparto que no parecía claro antes del rodaje ya que el papel de Christina Aguilera se había ofrecido anteriormente a las americanas Lindsay Lohan y Jessica Biel. Oportunidad que ha permitido a la cantante debutar en la gran pantalla, no así para Cher que entre sus Premios Emmy y Grammy se pueden encontrar 1 Óscar y 3 Globos de Oro.
Ali (Christina Aguilera) decide abandonar Iowa con maleta en mano y el dinero justo para sobrevivir unos cuantos días. En su nuevo destino, Los Ángeles, hallará el lugar perfecto para dar rienda suelta a sus dotes artísticas. El acceso a “Burlesque” le costará un billete de 20 pero le concederá la oportunidad de hablar con el camarero, Jack (Cam Gigandet), quien le brindará una fundamental ayuda para superar la barrera de acceso al mundo de Tess (Cher). En “Burlesque lounge”, Ali servirá las copas a los clientes mientras se aprende de memoria los espectáculos que realizan sus compañeras Coco, las Trillizas, Jessy y Georgia .El público se deja cautivar por los movimientos sensuales de estas jóvenes bailarinas que hacen de “Burlesque” un show diferente al clásico club que promueve chicas de compañía.
Cuando Tess convoca una audición Ali prueba su suerte pasando, no sin dificultades, a formar parte del grupo coreográfico. Una vez dentro, irá atrayendo la atención de su jefa y de su mano derecha Sean (Stanley Tucci) por ser una chica que no acepta integrarse. Entre sus compañeras, Nikki (Kristen Bell) intenta conservar su puesto provocando una situación difícil para Ali que acabará teniendo un efecto boomerang. Sin música, telón a medio echar y el escaso público a punto de abandonar, Ali salvará la situación erigiéndose como estrella del nuevo “Burlesque”. El éxito la irá acercando a empresarios como Marcus (Eric Dane); con él aprenderá la importancia de poder comprar la mejor vista de Los Ángeles.
Mientras el sueño de Ali se hace realidad, las posibilidades de que se desvanezca son cada vez más viables. La deuda que ahoga a Tess tiene una fecha de caducidad y puede acabar en el desahucio de “Burlesque”. Una cuestión que trae de cabeza no solo a la dueña sino a su socio Vince (Peter Gallagher).  A pesar de estos vaivenes, la convivencia de Jack y Ali en la intimidad propicia momentos entrañables que culminan al son de Show me How You Burlesque.    
Se podrá escuchar a Cher en solitario con el tema You Haven’t Seen the Last of Me. La ejecutora de un show burlesco que alberga nuevamente la representación del sueño americano. Un estilo de los 50 que, aunque bajo influencia del vaudeville y del music hall, recordará a la producción cabaretera de “Moulin Rouge” y al modo de “El Bar Coyote”.    
MOMENTAZOS…
Potencial vocal de Ali (Christina Aguilera) cuando se queda en medio del espectáculo sin música.
El vestuario durante el espectáculo. En especial, el seductor vestido de perlas mientras Ali canta subida a un piano.

16 dic 2010

NEDS

No Educados y Delincuentes. Parece que quede ya lejos el 58 Festival de San Sebastián, aun cuando se sigan estrenando largometrajes que instintivamente nos trasladen al mismo. NEDS es un ejemplo de esta espera. Receptora de todas las ovaciones tras recibir la “Concha de Oro” a la mejor película y “Concha de Plata” a Conor McCarron como mejor actor, no se ha dejado ver a lo grande hasta su estreno en España el pasado 3 de diciembre.
Ambientada en Glasgow, 1972, con una TV que emite en blanco y negro las Aventuras de Robinson Crusoe, una madre que sustituye el efecto planchado por el del somier, donde el cambio de dinero viene en forma de cheque de mutualidad y las armas se esconden en un espacio apenas urbanizado. Es la circunstancia que respira John McGill (Conor McCarron/Gregg Forrest), un chico brillante en sus resultados escolares, cuando un verano decide cambiar los libros por el cuchillo. Portador de una infancia repleta de mofas de la que ha salido sin rasguños gracias a la influencia que su hermano Bennie ejerce en los entornos más violentos, John decidirá asociarse a la ley del más fuerte. ¿Cómo sino enfrentarse a la amenaza de Canta (Gary Milligan) que le emplazaba hasta el inicio del próximo curso escolar para pegarle una paliza?
El cambio de actitud de John se dejará ver en su casa delante de un padre alcohólico que infunde terror a su llegada, en el Instituto San Juan de la Cruz del que será expulsado y entre las bandas de jóvenes que provocan enfrentamientos para conservar un estatus callejero inconcebible para el resto de vecinos. Mucha pelea y escenas que reflejan las carencias educacionales que afectaban a quienes tenían que convivir en entornos disfuncionales. No solo en casa, también en las aulas. A la violencia de John y su banda se le suma la de los maestros; latigazos adoquier como forma reprobable de infundir respeto y miedo.
Se tocará por añadidura el tema de las drogas. El director colocará sobre guión la práctica de esnifar pegamento para explicar escenas tan oníricas como la que echa al protagonista en brazos de Jesucristo. Habrá espacio para el arrepentimiento, resultado de las repercusiones que dejan las actuaciones irreversibles. Alrededor de 124 minutos, NEDS aparece únicamente edulcorada con una banda sonora atípica en la representación encolerizada de la lucha callejera. Canciones como “Bring me sunshine” contribuyen al propósito de Mullan de crear una distancia entre el ahora y el antes.       
ROZANDO LA AUTOBIOGRAFÍA…
No es fruto del azar que el propio Director escocés decidiera interpretar en NEDS el papel de padre del protagonista. Visualmente, con tan solo gritos que desvelan a la casa entera, logra un ambiente tan severo que pega al espectador a la butaca. En palabras del propio Mullan para el periódico “EL País”, entrevista publicada bajo el título “Mi casa era un manicomio con un padre alcohólico” (2/12/2010), reconoce haber integrado en el filme gran parte de sus vivencias adolescentes.
COLECCIONANDO OROS…
Peter Mullan ganó el León de Oro en 2002 (Festival Internacional de Cine de Venecia) con “The Magdalene Sisters”.

13 dic 2010

Franklyn

Largometraje que impacienta al espectador al ver pasar los minutos de una trama que sigue entretejiendo hilos en lugar de resolverse. El director y guionista Gerald McMorrow no sólo ha intentado crear dos mundos paralelos sino que se ha valido del cruce de personajes sin aparente relación para complicar un argumento que ha resultado primerizo. Se pretende la empatía del espectador recurriendo a figuras emblemáticas de otras producciones. Uno de los personajes de “Franklyn” se valdrá de su máscara fantasmagórica para traspasar la actualidad y llegar a una ciudad imaginaria. No consigue, por ende, ajustarse al tipo de filme dirigido a un público sagaz que agradece los galimatías argumentales.
Calificada de thriller fantástico, “Franklyn” comienza cuando el personaje Jonathan Preest (Ryan Phillippe) anuncia que esa noche matará a un hombre. Conducirá al espectador por los caminos de Meanwhile City, un espacio que permite localizar a sus habitantes acudiendo al Centro de Registros de Fe. Entre todo este fervor religioso, Preest no sólo se presentará como el único no creyente de la ciudad sino que se sentirá en la obligación de investigar la religión Duplex Ride. La única información que se da al respecto es el nombre del líder, El Individuo, quien parece haber asesinado años atrás a una joven cliente de Preest.
Aterrizando en el Londres real, se desplegarán en la gran pantalla diversas historias. La de Emilia (Eva Green), estudiante de arte que decide convertirse en protagonista de su particular proyecto de suicidio. La de Milo (Sam Riley), quien rescatará una visión infantil para reencontrarse con su alma gemela Sally. Por último, la de Peter Esser (Bernard Hill) en la búsqueda desesperada de su hijo David que resulta ser el personaje de Jonathan Preest.
La línea imaginaria empieza a desvanecerse a medida que los personajes van coincidiendo, a pesar de que Gerald McMorrow otorgue al mismo actor un doble papel según se sitúe en el mundo ficticio de Preest o en el mundo real. Sucede con Emilia/Sally (Eva Green) y con el doctor/pastor (James Faulkner). Un final laxo, tras 98 minutos, sin destacar sobre el nudo.   

10 dic 2010

Entrelobos

Una película que se vende con la imagen del actor Juan José Ballesta y cuya presencia se reduce a escasos 20 minutos interpretativos. En la que, además, podrá verse una cara con facciones conocidas que ostenta el apellido Bardem. Dejando a un lado estas técnicas marketinianas, el filme Entrelobos sale de los cánones clásicos. Logra reflejar la singularidad de una historia real como fue la de Marcos Rodríguez Pantoja, el niño salvaje, encuadrada en el potencial paisajístico de Sierra Morena, Córdoba.
La historia, desarrollada a partir de 1954, refiere el crecimiento de Marcos (Manuel Ángel Camacho /J.J. Ballesta). Un niño de 7 años criado sin el menor rastro de cariño que, junto a su hermano Juan José (Agustín Rodríguez López), se encarga de la ganadería de Don Honesto (José Manuel Soto). Un Señor que cede techo y caballo a la familia de Marcos a cambio de trabajo. Las cosas se complican cuando una manada de lobos ataca a varias de las piezas que Marcos y su hermano sacaban a pastar. Convertido en una carga familiar para su madrastra Isabel (Luisa Martín), Marcos será entregado a Don Honesto saldando así la deuda contraída con el ganado. Sin embargo el capataz de Don Honesto, Ceferino (Carlos Bardem), llevará a Marcos a la cueva de Atanasio (Sancho Gracia), quien acabará convirtiéndose en un padre para él. Poco a poco irá enseñándole todo lo necesario para sobrevivir en un entorno abrupto. Un hombre que lo perdió todo a pesar de su vínculo con el bandolero Balilla (Álex Brendemühl), el más buscado y por el que se recompensa cualquier dato que informe de su paradero.
La historia dará un giro cuando Atanasio deje totalmente solo a Marcos con un búho, un hurón y el ganado. Sin embargo, la mejor herencia que Atanasio deja a Marcos es la lección de respetar y hacerse respetar entrelobos. Una capacidad que trasmitirá comedimiento, entereza y delicadeza como resultado de una de las escenas más entrañables de la proyección. Marcos se irá valiendo de su conexión con el hábitat para continuar con vida e integrarse en un mundo que acabó procurándole, en doce años, mucho más que aquel otro al que fue devuelto por la Guardia Civil tras su captura.

A DESTACAR...
Fantásticos paisajes y una visión pura de la naturaleza que parece extraída de un documental. Conducido por una banda sonora que enfatiza la trama natural.

MEJOR PAPEL...
 El pequeño protagonista Manuel Ángel Camacho.  

7 dic 2010

Tres metros sobre el cielo

El lugar elegido por el escritor Federico Moccia para situar a los enamorados y el título perfecto de una novela que acabó convirtiéndose en uno de los mayores fenómenos literarios.
El éxito que recibe España, con motivo del estreno de la versión española de “3MSC”, viene respaldado por años de perseverancia. Moccia se había propuesto escribir un romance antes de cumplir los treinta y de ese propósito nacía Tre metri sopra il cielo. Rechazada en repetidas ocasiones por diferentes editoriales, Moccia decidió costearse la publicación. Casi cuando las escasas 2.500 copias salían a la luz, la pequeña casa editora que le ofreció respaldo tuvo que cerrar sus puertas. Así Moccia y su Tre metri sopra il cielo quedaron en manos de la suerte y de doce largos años de espera. Fue entonces cuando la obra se descubrió por casualidad y se reeditó. A partir de aquí, un fenómeno. En 2006 se publicaba la segunda parte bajo el título Ho voglia di te (Tengo ganas de ti) y, con ello, la prueba para muchas editoriales de que no habían sabido confiar en un producto que sellaría el peso del amor con un simple candado en más de 13 países.
     


Los protagonistas creados por Moccia fueron capaces de traspasar las páginas de un libro que no tomaría forma de guión hasta 2004. En su versión original, de origen italiano, los personajes de Step (Riccardo Scamarcio) y Babi (Katy Saunders) consiguieron calar en una generación de adolescentes, y no tan adolescentes, que entendían de amores imposibles.
En la versión española se percibirán leves cambios con respecto a la original; si bien su director, Fernando González Molina, ha conseguido una producción bastante cañera con respecto a la que rodó su homólogo italiano. El Step de Luca Lucini ha pasado a ser Hache (Mario Casas). Un cambio de nombre que no le ha impedido acentuar las características que el papel requería. Adolescente conflictivo que no tarda en cambiar la americana por su chupa de cuero al salir de los Juzgados. Rozando el límite, dando bandazos y a 200 por hora, sólo Babi (María Valverde) conseguirá que frene. Una chica de otro mundo que no aprueba muchas de las licencias que se permite Hache retando a la vida.
Apoyando esta relación, los mejores amigos de ambos también tendrán un intenso acercamiento. Pollo (Álvaro Cervantes) y Katina (Marina Salas) encajarán como almas gemelas. La hermana de Babi, Dani (Nerea Camacho) como ferviente admiradora de la pandilla de Step, será compinche de los escarceos de la pareja. Protagonizará los momentos más cómicos de la película captando perfectamente el papel que Moccia atribuye a la eterna hermana pequeña que desea ser mayor. Pero no todos aprobarán esta relación. La madre de Babi, Rafaela (Cristina Plazas), intentará separar a su hija de ese macarra motorizado que marca músculo en un escenario problemático. Hasta que no consiga empujar a su hija a los brazos de Gustavo (Pablo Rivero) no respirará tranquila.
Sin embargo, a Babi no le será fácil cerrar los ojos ante su primer amor. Aquel que entraba en su habitación para colgarle un póster en el techo, que le llamaba desde la cabina más cercana o que le escribió en un puente aquello de 3MSC. Aquel por el que se tatuó, al que le dejó hacer, por el que se convirtió en siamesa, falsificó justificantes y perdió el miedo a vivir de forma diferente a la que acostumbraba.
Un final fiel al guión literario aunque difícil de digerir. Se pondrá sobre la mesa la clave para una segunda parte, ya estrenada en Italia en 2007 y convertida en tercer filme más taquillero del año, que traerá nuevos personajes capaces de embaucar al espectador. Será la única forma de comprobar si el amor entre Babi y Step definitivamente sólo ocurre una vez en la vida.
Sello de recomendación
A LOS OJOS DEL ESPECTADOR…
Demasiado emplazamiento publicitario en escena de las marcas patrocinadoras.
Empecinados con vestir a María Valverde de blanco.

2 dic 2010

Chloe

Difícil situación la que envuelve a Julianne Moore en esta nueva apuesta del director Atom Egoyan. Calificada de drama, muchas son las propuestas que se presentan al espectador con una trama marcada por las inseguridades e infidelidades que parecen estar adosadas a la cuarentena de la vida de una persona. Lo extraño es la evolución que logra esta historia de sentimientos traspapelados a lo largo de los 92 minutos de proyección.
La pareja, compuesta por la ginecóloga de prestigio Catherine Stewart (Julianne Moore) y el profesor de música David Stewart (Liam Neeson), ve cómo su matrimonio comienza a pagar las consecuencias del paso del tiempo, la rutina y la monotonía. Desde el nacimiento de su hijo, Michael Stewart (Max Thieriot), se han ido olvidando de cuidar esos momentos que hacen que una relación siga viva. Significativas son las preguntas que David Stewart, no ajeno al problema, plantea a su mujer:
- ¿Cuándo dejamos de ir a recogernos al aeropuerto?, ¿y de esperarnos en la puerta?”. Intento recordar cuándo pasó.                                       
- No lo sé, responde Catherine. Hemos estado tan ocupados.
David pierde un avión y no llega a la fiesta de cumpleaños sorpresa que Catherine le había organizado. La falta de contacto entre ellos y un oportuno sms que llega al móvil del profesor avivan las sospechas de su mujer. Durante una cena, la prostituta Chloe (Amanda Seyfried) cruzará unas palabras casuales con Catherine en el aseo sin apenas imaginar que llegarán a compartir algo más que una relación contractual. Portando un pasaje atractivo coronado por la juventud, Catherine la elegirá para que se encuentre con David y le ponga a prueba. Así Chloe le irá refiriendo cara a cara sus encuentros físicos y sexuales sin el menor remordimiento mientras Catherine escuchará con una entereza, entre estoica y morbosa, las fantasías relatadas.      
Chloe se convertirá en la dueña de una situación que Catherine se ve incapaz de gobernar. Indispuesta para hacer de madre de un adolescente como Michael e inhábil para comunicarse con un marido del que desconfía, Chloe conseguirá acorralar a su verdadero cliente hasta conseguir su propósito.
Un desarrollo atípico, diferente a como podría actuar cualquier mujer actualmente en las circunstancias descritas, aunque una resolución del problema fácil y simple. No se puede olvidar que la actual “Chloe”, guionizada por Erin Cressida Wilson, se basa en la película “Nathalie X” que llegaba en mayo de 2005 a España dirigida por Anne Fontaine.    


UN VISTAZO A…
La casa de los señores Stewart.

INTERESANTE CONTRASTE…
  El de Amanda Seyfried en su papel de Chloe frente a su interpretación en "Mamma mia! La película”.

1 dic 2010

Imparable

La nueva apuesta del director Tony Scott bajo el título de “Imparable” ha vuelto a congregar un reparto encabezado por el actor Denzel Washington subido a un tren. Ambos habían trabajado en “Asalto al tren Pelham 123”, estrenada en 2009, en la que tuvieron que solucionar el secuestro de un vagón con rehenes.
Ahora la temática de “Imparable” se presenta inspirada en hechos reales, sin pasajeros pero con mucha acción. Algo que se consigue combinando conversaciones entre los responsables de las Estaciones, la retransmisión de la noticia en televisión y la hazaña de los protagonistas in situ. Sin duda, una sensación de intranquilidad que Tony Scott consigue mantener  a lo largo de 101 minutos para no agotar un argumento, a simple vista, lineal.
El tren 777 sale sin frenos de aire de la Estación de Fuller (norte de Pensilvania). El encargado de quitar la aguja decide bajar de la cabina con el tren en marcha y, tras unos segundos, los acontecimientos no le permitirán volver a subir. El 777 con ochocientos metros de longitud empieza su andadura sin maquinista a 15km/h. Un trayecto hacia el Sur de Pensilvania que le conducirá hasta la Curva de Stanton con una carga equivalente al efecto de un misil: 27.000 litros de gasolina y unos 7 vagones que contienen fenol fundido.
Una operación que se intenta solucionar desde diferentes posiciones y con intereses encontrados. La Jefa de Estación Connie Hooper (Rosario Dawson) propondrá el descarrilamiento mientras el 777 se mantenga fuera del área urbana pero Galvin (Kevin Dunn), Vicepresidente de Operaciones, desechará la idea dando prioridad al interés financiero en detrimento del daño público. Un 777 que no deja de aumentar de velocidad a lo largo de los 173 pasos a nivel que va alcanzando y para el que se necesitará una nueva estrategia entre rieles.

Los salvavidas no podrían ser otros sino el veterano Frank Barnes (Denzel Washington) y, el recién llegado Jefe de Tren, Will Colson (Chris Pine). Conduciendo el 06 marcha atrás tendrán que valerse de su ingenio y maña para que la operación resulte exitosa. Una persecución en locomotora que irá acercando a Frank y a Will al 777 a medida que sus historias personales se desvelan.