Descarado, atrevido, osado, escurridizo, descocado, vividor, desenvuelto, desmandado, frescales, mujeriego, rebelde… Son sólo algunos de los calificativos aplicables a la figura de Manuel Vázquez Gallego según la visión que el director Óscar Aibar ha querido reflejar de una parte de la vida de este gran dibujante.
El Gran Vázquez comienza con un Santiago Segura ostentando el papel protagonista. Es Barcelona y corren los años sesenta con El DDT en mano. Unas cuantas familias a cuestas y sin pasar por casa. El trabajo lo pisa, algo sí, envuelto en una nube de nicotina para recaudar un jornal que se mide por páginas y, si no es para mentir, también para entregar nuevas viñetas al Director González (Enrique Villén) de la prestigiosa Editora Bruguera.
Incansable en las mañas por sobrevivir -aunque viviendo sin dejar escapar la más mínima oportunidad- dará cuerpo a algunos de sus clásicos: Anacleto, agente secreto, las Hermanas Gilda o el Tío Vázquez. Una familia de sainete, la Cebolleta no faltará, que no parará de crecer aun cuando Peláez (Álex Angulo) intente ponerle los puntos sobre las íes.
Su trabajo dentro de Bruguera permite poner cara a otro grande del tebeo, Ibáñez (Manolo Solo), reflejando fielmente el respeto profesional que el padre de Mortadelo y Filemón conservaba en Vázquez. Una idolatría que Ibáñez traduce en lenguaje humorístico emplazando al moroso del ático en la 13,Rue del Percebe. Adoración mutua, en su forma más inocente para uno y en la más pícara para el otro, que se sella con el famoso by final.
Datos y citas…
"VÁZQUEZ (El dibujante y su leyenda)" de Enrique Martínez Peñaranda, Ediciones Sinsentido, 2004, profundiza en toda la trayectoria profesional del personaje.
Si bien la película de Óscar Aibar omite los inicios profesionales de Manuel Vázquez (Madrid, 1930 – Barcelona, 1995), Enrique Matínez Peñaranda resalta que su andadura comenzó en los años cuarenta participando en “Flechas” y “Pelayos y Maravillas”.
Entre sus páginas se incluyen citas que definen claramente al dibujante: en la tragedia siempre hay muchísimo humor…Mi tristeza era la de veinte millones de españoles… Tenías que reír, quizá para sobrevivir…
A lo largo de su vida, Vázquez trabajó para Bruguera y colaboró con Hispano América de Ediciones, Clíper y Ediciones Ibero-Americanas. Su ingenio llegó hasta las páginas de Prisa; para “El Pequeño País” creó a Mónica, un personaje atípico que se publicaba un año antes de su muerte.
Anacleto, agente secreto (Olé!, núm.12). Bruguera, 1971. Recogido en "VÁZQUEZ (El dibujante y su leyenda)" de Enrique M.P, Sinsentido. |
“…lo que yo hubiera querido es ser un estafador inmenso, de gran escala, y no un pobre tío que huye de su sastre…”.