Un lustro de la biografía de Félix Lope de Vega y Carpio ha llegado al cine de la mano del director Andrucha Waddington. El brasileño ha elegido ambientar la película en un Madrid de finales del siglo XVI y, con ello, tratar a un pre-Lope desconocedor de su repercusión como literato.
La historia comienza cuando Lope de Vega (Alberto Ammann) regresa de la Batalla de la Isla Terceira, en 1583, a un Madrid sumido en escasas condiciones higiénicas. Tanto los trajes que pide prestados como el atrevimiento de la juventud, serán la carta de presentación de Lope como artista en casa del empresario Jerónimo Velázquez (Juan Diego). Para ganarse un sustento y pagar las deudas contraídas, Lope tendrá que pasar a limpio obras teatrales que acabará reescribiendo. Junto a él, el público descubrirá el mundo del teatro desde su escondite.
Es así como pone en bandeja la renovación dramática en manos de Jerónimo Velázquez quien, en un primer momento esquivo, acaba reconociendo el talento de Lope y el nacimiento de un estilo propio. Pero este cambio de criterio nunca se hubiera producido sin la influencia que Elena Osorio (Pilar López de Ayala) ejercía en su padre, Velázquez. Conocedora de tal usanza se irá enamorando de Lope mientras introduce a su padre en las fórmulas teatrales de su amante.
Mientras la fama del dramaturgo y su éxito lírico se van extendiendo, aparecerá en escena Isabel de Urbina (Leonor Watling) consiguiendo el contrapunto de la figura de Elena Osorio. Tal es así que sus guionistas han definido el carácter de estas mujeres como la solar Isabel y la lunar Elena. Mientras esta última se entrega desde un primer momento a Lope con un lema que propone el disfrute del presente, la dulce Isabel se dejará seducir por el fluir de los acontecimientos hasta que la pluma de Lope la consagre como Belisa. No se demorará Lope en culminar esta nueva seducción pues será conocedor del matrimonio ya existente entre Elena Osorio y Cristobal Calderón y, con ello, el comienzo de unos celos que acaban en poemas ofensivos hacia la que fue su Filis. Es aquí donde se pone de manifiesto la relación entre Velázquez y su hija Elena. Ambos conformarán un dueto de venta recíproca. Él dispuesto a meterla en la cama del mejor postor, de ahí la breve intervención de Francisco Perrenot (Miguel Ángel Muñoz), y Elena dispuesta a cumplir dichos propósitos para continuar con su estatus de empresaria teatral. Ilustrativos serán los versos que Lope de Vega recitará para denunciar públicamente esta situación:
Una dama se vende a quien la quiera
en almoneda está. ¿Quieren comprarla?
Su padre es quien la vende, que, aunque calla,[…]
Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarme alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño
creer que el cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
¡esto es amor! quien lo probó lo sabe.
Verónica Fernández ha convertido en novela "LOPE", un argumento que toma como base el guión cinematográfico. Con la grata sorpresa de que el lector será conducido en la trama por Claudio Conde, amigo de Lope, como narrador; personaje que en la película es interpretado por Ramón Pujol y queda en un segundo plano. El reto de la autora quizá haya sido “conseguir que la novela sonara antigua, no que fuera antigua”, aspecto que expresaba en su presentación en Madrid el 03/09/2010.
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