Todo esto es lo que les ocurre a una serie de personajes entrelazados en la cotidianidad. Será Alfie Shepridge (Anthony Hopkins) quien comience la historia al despertarse en mitad de la noche pensando que le queda poco tiempo de vida. Su angustia le hará dejar un largo matrimonio con Helena (Gemma Jones) quien, sumida en una depresión al pensar que envejecerá sola, irá en busca de comprensión a casa de su hija Sally (Naomi Watts). Sin embargo, Sally también está viviendo una situación de crisis con su marido Roy (Josh Brolin), un médico no colegiado que abandonó su profesión para convertirse en novelista. Para evitar la insoportable situación que se genera cada vez que Helena se presenta en casa de su hija, esta le recomienda que acuda a una pitonisa.
Siguiendo dichas recomendaciones, Helena abandonará a sus psicólogos y dejará no sólo su vida, sino la del resto, en manos de la adivina Cristal (Pauline Collins). La paradoja siempre presente en las películas de Woody Allen llegará en este punto del film cuando Helena acaba dando una credibilidad absoluta a las predicciones de Cristal. El hecho de que Alfie se haya casado con una rubia y joven call girl, Charmaine (Lucy Punch), se solucionará cuando la adivina le asegure que ella también encontrará una nueva persona en su vida; de hecho, es otra predicción la que lleva a Helena a anticiparle al marido de su hija, Roy, que su nuevo libro será rechazado por los editores. Hecho que se cumple, reafirmando la confianza de Helena en los presagios.
Rodeados únicamente de malas noticias, Roy se dejará seducir por Dia (Freida Pinto), la chica de rojo que vive en la ventana de enfrente y a la que espiará incansablemente hasta que un día se atreva a invitarla a comer a voces. Pero Sally tampoco perderá el tiempo. Cuánto más sordo se hace Roy ante sus peticiones de ser padres, mayor velocidad alcanza el amor que se irá despertando hacia su jefe Greg (Antonio Banderas), un afamado galerista, conformando así una serie de triángulos que encerrarán siniestras relaciones, tanto personales como profesionales.
Recurrir a lo absurdo para cerrar la trama de estereotipos es una de las cualidades que permiten a Woody Allen dejar un final abierto. Mientras Sally se ve víctima de su propia actuación cuando su madre le niega un préstamo porque la profecía de la adivina así lo ha anunciado, Helena pondrá en su sitio a un Alfie arrepentido tras encontrar su alma gemela y, cómo no, Roy cambiará su enmarcada perspectiva viendo a su Sally desde la ventana de enfrente. Dos vistas diferentes de la vida: desde una, la vida monótona que han llevado hasta entonces; desde otra, la que anhelan y les gustaría vivir. Todo dependerá del lado desde donde miren…
REMINISCENCIAS DEL PASADO:
Recordando Match Point (2005), Woody Allen vuelve a introducir el ingrediente “suerte-azar” en manos de un personaje. Si bien todos serán marionetas de su propia vida, Roy se verá con una oportunidad de triunfar si decide actuar de forma inmoral. Sin embargo, la diferencia que aporta Conocerás al hombre de tus sueños (2010) es el gran paradigma que manifiesta Roy: “te encontrarás con el mismo desconocido que todos acabamos conociendo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario